Las dos grandes infraestructuras viarias destinadas a mejorar la movilidad en Tenerife, los enlaces de Las Chafiras-Oroteanda y el túnel de Erjos, finalizarán con significativos retrasos respecto a los plazos iniciales. Si se cumplen las últimas previsiones del Gobierno de Canarias, las obras concluirán con hasta cuatro años de demora.
Retraso en el túnel de Erjos
El túnel de Erjos, la obra más costosa del convenio de carreteras con un presupuesto inicial de 241 millones de euros, ampliado en 22,2 millones por revisiones de precios, comenzó en noviembre de 2019 con un plazo estimado de 48 meses. Sin embargo, su apertura al tráfico no se prevé hasta marzo de 2027, lo que supone una demora de tres años y cuatro meses. Entre los factores que han influido están la pandemia, revisiones presupuestarias y una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que anuló la adjudicación inicial a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por FCC Construcción, Syocsa-Inarsa y El Silbo. Esta decisión obligó al Gobierno de Canarias a negociar una compensación de 13,7 millones de euros para la UTE inicialmente excluida.
Demoras en los enlaces de Las Chafiras-Oroteanda
Por su parte, los enlaces de Las Chafiras-Oroteanda, parte del tercer carril de la autopista TF-1 entre San Isidro y Playa de Las Américas, debían estar terminados en mayo de 2021. Ahora, su finalización está prevista para mayo de 2025, acumulando un retraso de cuatro años. Esta obra, adjudicada por casi 22 millones de euros a la UTE Ferrovial Agroman-Ten Asfaltos-Excavaciones Óscar del Castillo, ha enfrentado problemas como la pandemia, complicaciones en el desvío de líneas eléctricas y hasta la aparición de un escarabajo autóctono, que obligó a retirar manualmente los ejemplares para proteger la fauna local.
A pesar de los retrasos, el enlace de Oroteanda ya está completamente operativo tras la apertura de su ramal de salida el 13 de noviembre, facilitando la conexión en ambos sentidos hacia Playa de Las Américas y Santa Cruz.
Estas demoras reflejan los desafíos de ejecutar infraestructuras clave en la isla y subrayan la necesidad de soluciones más ágiles para abordar los históricos problemas de movilidad en Tenerife.
