El exdirector de Gabinete del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Pablo Quintero, despedido por presunto acoso sexual, ha negado categóricamente las acusaciones en el juicio. Quintero afirma que nunca hizo insinuaciones de índole sexual hacia ninguna empleada, destacando que las comidas y regalos a empleados eran prácticas comunes en el ayuntamiento.
En su testimonio, Quintero refutó las declaraciones de la denunciante, quien afirmó haber perdido funciones por negarse a las supuestas peticiones de su jefe. Alega que cualquier reasignación de áreas afectó a todo el personal del gabinete y contó con la aprobación de la jefa directa de prensa.
El acusado también se refirió a una comida en la que supuestamente advirtió a una concejala sobre las interacciones de su equipo de prensa. Sin embargo, Quintero señaló que fue el alcalde quien envió los mensajes, y él solo comunicó lo ocurrido a sus superiores.
En relación con el proyecto en el que trabajaba con la denunciante, Quintero aseguró que era imposible pasar horas a solas en su despacho y presentó conversaciones de WhatsApp para respaldar su versión. También mencionó un almuerzo con la denunciante donde se recibió una botella de cava, que él atribuyó a un gesto del restaurante.
El acusado desestimó algunos comentarios reproducidos por la denunciante, tachándolos de inverosímiles. Sin embargo, la fiscalía y la acusación particular solicitan siete meses de cárcel y una indemnización de 20,000 euros por presunto acoso sexual. La defensa, por su parte, pide la absolución, señalando lagunas en las pruebas presentadas.
