
La venta de entradas para la final del concurso de murgas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife ha vuelto a desatar la indignación entre los aficionados. La plataforma online habilitada por el Ayuntamiento sufrió fallos constantes, generando confusión, retrasos y dejando a muchos sin posibilidad de adquirir sus localidades.
El sistema implementado para gestionar la alta demanda, basado en una cola virtual, no funcionó como se esperaba. Usuarios que inicialmente tenían buenas posiciones fueron desplazados a puestos más altos de forma repentina, perdiendo así su oportunidad de compra. Además, quienes lograron acceder al proceso de pago se encontraron con errores técnicos que los obligaban a reiniciar el procedimiento.
La frustración se convirtió rápidamente en enfado cuando, pocas horas después del agotamiento de las entradas, comenzaron a circular ofertas de reventa en redes sociales a precios desorbitados o incluso a cambio de objetos, una práctica cada vez más habitual.
Desde el Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas (Oafar) han confirmado que todas las localidades se vendieron, pero los seguidores del evento exigen una solución definitiva para evitar que este caos se repita año tras año y que las entradas terminen en manos de revendedores en lugar de los verdaderos aficionados.