Fallece Andrés Barriales Ardura, destacado periodista, profesor y miembro activo de la comunidad rotaria, quien recibió la Medalla de Oro de San Bartolomé de Tirajana. Barriales, originario de Gijón, Asturias, falleció este viernes en Gran Canaria, dejando un profundo legado en el ámbito periodístico, educativo y humanitario.
Con una formación inicial en Teología en la Facultad de San Esteban de Salamanca, Barriales obtuvo posteriormente una licenciatura en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra y un título en Periodismo por la Escuela Oficial de Madrid. Durante su carrera, también compartió sus conocimientos en la Escuela Oficial de Turismo de Madrid. Su trayectoria en la radio abarcó 35 años en la cadena Cope, donde recibió el prestigioso Premio Ondas en 1977. Además de periodista, Barriales fue autor de poesía y varias obras literarias que reflejan su sensibilidad artística.
En 2013, Barriales estableció una conexión significativa con Canarias al asistir a la convención de cierre del entonces gobernador rotario Francisco Arcos en Tenerife. En esa ocasión, conoció a miembros del Club Rotario de Maspalomas, iniciando una relación que lo llevaría a integrarse profundamente en los proyectos comunitarios de San Bartolomé de Tirajana.
Su legado en Maspalomas y el proyecto de paz
Durante la convención en Tenerife, Barriales mostró gran interés en colaborar con la comunidad de Maspalomas. Fascinado por la historia multicultural de la zona y el Templo Ecuménico de Playa del Inglés, el primer templo de este tipo en España, sugirió que Maspalomas se convirtiera en una “Ciudad Rotaria de la Paz”. Esta idea fue apoyada por el alcalde Marco Aurelio Pérez, y el proyecto se concretó gracias al esfuerzo conjunto de las autoridades locales y la comunidad rotaria, consolidando a Maspalomas como un símbolo de paz y diversidad.
Reconocimiento y legado
Andrés Barriales es recordado con respeto y admiración por su compromiso con los valores de paz y la integración social. Su dedicación y habilidad para inspirar a otros dejaron una huella indeleble en San Bartolomé de Tirajana y entre quienes lo conocieron.
