El concejal de Régimen Interno de Granadilla de Abona, David Santos, atribuyó las largas colas de pasajeros esperando taxis en el aeropuerto Tenerife Sur a los atascos recurrentes en la autopista TF-1. Según Santos, los trayectos que habitualmente duran 30 minutos pueden extenderse hasta 90 minutos, lo que afecta la disponibilidad de taxis en la zona aeroportuaria.
Santos rechazó la propuesta de Ashotel de declarar el aeropuerto como “zona sensible”, una medida que permitiría a taxistas de toda la Isla operar en el aeródromo. Según el edil, esto sería perjudicial para los taxistas locales porque “quitaría trabajo a los nuestros”. Afirmó que ya existe un mecanismo de colaboración entre municipios en momentos de alta demanda, citando como ejemplo el refuerzo con 192 taxis adicionales de Arona, Adeje y Santa Cruz el pasado 12 de noviembre, cuando el aeropuerto recibió a 32.000 pasajeros.
Debate entre autoridades y sector turístico
Jorge Marichal, presidente de Ashotel, calificó la situación de “lamentable” y criticó que los taxis con licencia de otros municipios no puedan recoger pasajeros en el aeropuerto, obligándolos a regresar vacíos, incluso cuando hay largas colas de espera. Este problema, afirmó, afecta tanto a los turistas como a los residentes, perjudicando la experiencia de los visitantes y la eficiencia del transporte.
Por su parte, la CEOE ha señalado que la gestión del Gobierno de Canarias en esta materia refleja una “organización ineficiente” que afecta la movilidad y el servicio público.
Colas en el aeropuerto
Las largas esperas de los pasajeros suelen intensificarse en horas punta y durante días de alta afluencia de vuelos. Sin embargo, Santos subrayó que el problema no siempre es constante, apuntando al domingo 10 de noviembre, cuando el aeropuerto recibió a 37.000 pasajeros, pero no hubo largas colas debido a la ausencia de atascos en la TF-1.
El conflicto refleja un choque de intereses entre el sector turístico, que aboga por mayor flexibilidad, y las autoridades locales, que defienden la exclusividad de los taxistas con licencia en Granadilla. La situación plantea un desafío para la movilidad y la calidad del servicio en una de las principales puertas de entrada a Tenerife.