
El fotógrafo y buceador tinerfeño Sergio Hanquet ha vivido una experiencia inolvidable al encontrarse cara a cara con un tiburón tigre de cinco metros durante una inmersión en las islas Maldivas. Este encuentro, que tuvo lugar en Fuvahmulah, conocida como la isla de los tiburones, permitió a Hanquet fotografiar al escualo a tan solo dos metros de distancia.
Hanquet, residente en el sur de Tenerife desde hace más de 30 años, explicó que hay dos formas de acercarse a un tiburón: «cuando tú los vas a ver y estás, por tanto, mentalizado desde que te tiras al agua, o cuando es él quien te viene a ver, apareciendo de la nada, y te pilla fotografiando caballitos de mar». En este caso, el buceador se sumergió durante una semana en las aguas de las Maldivas, donde vivió este encuentro cercano con el tiburón tigre.
El tiburón tigre, que puede alcanzar una longitud máxima de 7,5 metros y un peso de 800 kilos, es considerado un depredador oportunista que se alimenta de otras especies de tiburones, peces, tortugas marinas, aves, serpientes y mamíferos marinos, además de crustáceos, moluscos y, ocasionalmente, basura de origen humano. Aunque tiene una amplia distribución en zonas tropicales y templadas de todos los mares, en Canarias está considerado una especie ocasional que se distribuye en aguas oceánicas y puede penetrar en aguas litorales, desde la superficie hasta los 140 metros de profundidad.
Hanquet reconoció que el tiburón tigre tiene «mala fama» y señaló que solo hay «cuatro o cinco» lugares en el mundo donde se puede ver de cerca, generalmente mediante la práctica de alimentarlos para atraerlos. En Fuvahmulah, las inmersiones se realizaban cerca de una factoría de pescado que arrojaba desechos al mar, lo que atraía a los tiburones a la zona.
Este encuentro resalta la importancia de conocer y respetar el comportamiento de estas especies marinas, permitiendo a profesionales como Hanquet integrarse en su hábitat y capturar imágenes impresionantes sin perturbar su entorno natural.