26 de abril de 2025
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Los vecinos del grupo de viviendas Fermín Sanz-Orrio, en el barrio de La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria), llevan tiempo conviviendo con un miedo constante: el estado de sus edificios se ha vuelto alarmante. Construidas en los años 50, estas 168 viviendas muestran signos evidentes de desgaste estructural, como grietas profundas, humedades severas y caída de cascotes.

«El miedo que tenemos es bárbaro», confiesa María del Carmen Pérez, una de las vecinas afectadas, que convive a diario con el temor de que parte del edificio se venga abajo. La situación es tan crítica que el Ayuntamiento ha pedido a los vecinos colocar mallas de protección para evitar desprendimientos.

Aunque existe un convenio firmado desde octubre de 2023 entre el Ayuntamiento, el Gobierno de Canarias y el Ministerio de Transportes para rehabilitar los bloques, los trabajos aún no han comenzado. Desde el Consistorio aseguran que la intervención está incluida en los presupuestos de este año, pero los vecinos viven la espera con ansiedad.

La comunidad exige que las obras se inicien cuanto antes. Mientras tanto, continúan viviendo en condiciones cada vez más inseguras, con la esperanza de que la rehabilitación llegue antes de que ocurra una tragedia.

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