Una nueva excavación arqueológica en el entorno de la Iglesia de San Francisco, impulsada por la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural en colaboración con el Ayuntamiento de La Orotava, ha resultado en el hallazgo de ocho enterramientos. Estos restos, ubicados en varias fosas, pertenecen a individuos enterrados en el antiguo convento de San Lorenzo antes del devastador incendio de 1801 que destruyó gran parte del inmueble.
El trabajo de campo, que forma parte de la tercera excavación en este área, ha revelado no solo los enterramientos, sino también objetos cotidianos que aportan valiosa información sobre la vida monástica en el convento. Los descubrimientos están fechados entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, y refuerzan la hipótesis de que el interior de los conventos eclesiásticos era comúnmente utilizado como lugar de enterramiento.
Además de los restos humanos, los arqueólogos han documentado elementos arquitectónicos significativos, como un arco de piedra y una columna con capitel corintio, que confirman que el área excavada corresponde a una nave interior del convento. Los investigadores destacan la importancia de restaurar estas estructuras para su conservación y futura valorización.
Para Miguel Ángel Clavijo, director general de Cultura y Patrimonio Cultural, estos hallazgos son cruciales para profundizar en la historia de lo que el célebre Viera y Clavijo denominó como «El Escorial de Canarias», una parte fundamental de la historia local y regional que merece ser recuperada.
El alcalde de La Orotava, Francisco Linares, también destacó la relevancia de estas investigaciones arqueológicas, subrayando que permiten descubrir más sobre la historia del municipio y acercar el patrimonio a la ciudadanía.
En cuanto al análisis de los restos óseos, se identificaron ocho individuos, de los cuales tres eran adultos y cinco menores. Este hallazgo revela que el convento fue utilizado para enterramientos de personas de diferentes edades, con prácticas funerarias como el reaprovechamiento de fosas para los restos infantiles, común en la época.
Los arqueólogos también recuperaron objetos de la vida cotidiana y la indumentaria, como monedas, alfileres, botones y una pipa, que ofrecen un vistazo a las costumbres de los habitantes del convento durante el Antiguo Régimen. Además, se identificaron estructuras originales del convento, como bloques de piedra y restos de ladrillos, que proporcionan información clave sobre su organización y las prácticas funerarias en ese contexto.
A pesar de los efectos del paso del tiempo, los elementos hallados se encuentran en un estado de conservación relativamente bueno, lo que permitirá seguir investigando y profundizando en la historia de este emblemático convento.