Este fue el grito unánime de la multitudinaria protesta que ayer protagonizó la afición del CD Tenerife, responsabilizando a José Miguel Garrido, máximo accionista del club, de la peor crisis institucional en su historia.
La manifestación comenzó antes del mediodía en los alrededores del estadio Heliodoro Rodríguez López, justo antes del partido contra el Sporting de Gijón, en el que debutaba Pepe Mel como técnico local. La marcha, organizada por peñas y grupos de animación como Frente Blanquiazul, Zoneros y Armada Sur, reunió a varios miles de aficionados que exigieron la salida inmediata de Garrido.
Portando pancartas como «Nuestro escudo se respeta» y gritando consignas como «Garrido vete ya» y «Directiva dimisión», los hinchas dejaron clara su postura frente al palco del estadio, donde se encontraban dos de los directivos más criticados: Juan Guerrero y Santiago Pozas. Garrido, sin embargo, no asistió al partido, aparentemente por temor a la reacción de la afición.
El descontento también se extiende a los empresarios Amid Achi y Conrado González, quienes vendieron sus acciones a Garrido y mantienen el pacto que lo mantiene en el poder.
