
El aeropuerto de Tenerife Norte vivió uno de sus fines de semana más complicados del año debido a la combinación de intensas rachas de viento y niebla persistente. Las condiciones meteorológicas adversas provocaron la cancelación de al menos 80 vuelos y el desvío de más de 35 aeronaves, afectando a cientos de pasajeros que quedaron en tierra sin alternativas claras ni asistencia inmediata.
Desde el sábado por la tarde hasta el domingo por la noche, la actividad aérea se vio gravemente alterada. Los vuelos afectados fueron tanto nacionales como interinsulares, siendo desviados principalmente al aeropuerto de Tenerife Sur y, en menor medida, a Gran Canaria. Algunos pasajeros tuvieron que costearse por su cuenta el traslado entre aeropuertos ante la falta de medios proporcionados por las aerolíneas.
Los viajeros denunciaron largas colas, escasa información y ausencia de personal en los mostradores de atención. Aunque el aeropuerto comenzó a recuperar la normalidad este lunes, las secuelas del colapso aún eran evidentes, con retrasos acumulados y malestar generalizado.
Las autoridades recuerdan que, aunque las aerolíneas pueden alegar causas meteorológicas para eximirse de indemnizaciones, sí están obligadas a ofrecer asistencia básica: comida, transporte, alojamiento o reembolsos en función del caso. Varias asociaciones de consumidores han instado a los pasajeros a reclamar formalmente por los perjuicios sufridos.
Se espera que los próximos días transcurran con mayor estabilidad, aunque las condiciones climáticas seguirán siendo monitorizadas debido a la alerta por viento que continúa activa en parte del Archipiélago.