A partir del 9 de enero, las transferencias bancarias inmediatas serán gratuitas para los usuarios en toda la Unión Europea. Esto se debe a una normativa de la Comisión Europea que obliga a las entidades financieras a igualar el costo de las transferencias inmediatas con el de las transferencias ordinarias, que actualmente suelen ser gratuitas.
Un cambio impulsado por la normativa europea
La normativa, recogida en el Reglamento 2024/886 del Parlamento Europeo y del Consejo, tiene como objetivo garantizar la accesibilidad de las transferencias inmediatas en euros para todos los usuarios, sin diferencias de coste. Esta actualización forma parte de los esfuerzos continuos por mejorar la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA) y adaptarse a las innovaciones del mercado.
Hasta ahora, las transferencias inmediatas podían costar entre 0,95 y 12 euros, dependiendo de la entidad y el canal utilizado. Con el nuevo reglamento, estas operaciones, que permiten el envío de dinero en segundos, deberán tener el mismo precio que las transferencias estándar, que en la mayoría de los casos no tienen costo.
Mayor accesibilidad y flexibilidad para los usuarios
Los usuarios podrán realizar transferencias inmediatas a través de múltiples canales: banca digital, aplicaciones móviles, cajeros automáticos, terminales de autoservicio, sucursales bancarias o por teléfono. Para operaciones en papel, la normativa establece que el momento de recepción será cuando la orden sea introducida en el sistema interno del proveedor de servicios de pago.
Además, se garantiza la posibilidad de enviar transferencias inmediatas de forma agrupada, asegurando así una mayor flexibilidad y conveniencia para los clientes, tanto particulares como empresas.
Impacto en el mercado financiero
Esta medida busca fomentar la competencia en el sector bancario, incentivando a las entidades a ofrecer servicios más rápidos y eficientes sin costos adicionales para los usuarios. A la vez, elimina barreras económicas que podían desincentivar el uso de transferencias inmediatas, consolidando su posición como el estándar en el mercado de pagos en euros.
Con esta actualización, los bancos deberán ajustar sus estrategias para adaptarse a un entorno donde la rapidez y la gratuidad serán esenciales en el ámbito de los pagos electrónicos.