El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha respaldado el despido disciplinario de un trabajador de una hamburguesería en Santa Cruz de Tenerife, tras ser acusado de quedarse con el dinero de varios pedidos. Según las grabaciones de las cámaras de seguridad, el empleado rompía los tickets de los encargos tras cobrarlos en efectivo, alegando que los clientes se habían marchado sin recibir su pedido. Estos hechos ocurrieron al menos cinco veces durante dos semanas, generando pérdidas económicas y una pérdida de confianza por parte de la empresa.
El trabajador, que fue despedido el 15 de octubre de 2020, argumentó que las acusaciones eran falsas y aseguró que la empresa le obligaba a cubrir con su dinero los pedidos que no se entregaban o cobraban. Sin embargo, la empresa negó esta versión. Los incidentes ocurrieron en septiembre de 2020, los días 8, 13, 16, 18 y 27, cuando el empleado atendía a clientes que realizaban pedidos desde sus vehículos, cobrando en efectivo y anulando los tickets posteriormente.
La empresa decidió revisar las cámaras de seguridad al notar que se anulaban pedidos sin motivo aparente y que pocos vehículos abandonaban la cola después de haber pagado. Las grabaciones mostraron al empleado entregando los pedidos, guardando los tickets y anulándolos tras recibir el dinero.
En un primer juicio, se determinó que el despido era procedente debido a las pruebas gráficas. El extrabajador apeló la decisión, alegando que las grabaciones vulneraban la Ley de Protección de Datos, ya que no había sido informado de la existencia de las cámaras. Sin embargo, el TSJC señaló que este argumento no se planteó en la primera instancia y, además, fue el propio trabajador quien inicialmente pidió que se presentaran las imágenes como prueba a su favor.
Aunque el TSJC validó el despido por fraude y abuso de confianza, el exempleado fue absuelto de las acusaciones de apropiarse de dinero de la caja, ya que en algunas ocasiones las cuentas no coincidían.
