Maximiliano Camino Aramuni, un hombre de 32 años con residencia en Santa Úrsula, ha sido abatido a 15 metros de una trinchera en Andriivka, en medio del avance ruso. La madre de Maximiliano, Jacqueline, lleva una semana tratando de repatriar el cuerpo de su hijo para darle sepultura.
Maximiliano, de origen venezolano pero con nacionalidad española, se alistó como voluntario en octubre para unirse al frente de Donetsk, a pesar de no tener experiencia militar. Su madre describe a Maximiliano como un hombre inteligente pero no deportista ni militar, y expresa su deseo de traer el cuerpo de su hijo de vuelta para sepultarlo.
Después de una semana de intentos, Jacqueline logró contactar con el cónsul de España en Kiev, quien confirmó la ubicación del cuerpo gracias a un dron. Sin embargo, la repatriación se ve obstaculizada debido a la retirada de las fuerzas ucranianas ante el avance ruso.
Maximiliano fue herido por un dron hace diez días, pero fue abatido mientras se encontraba cerca de la trinchera. Su madre ha estado haciendo gestiones para repatriar su cuerpo, pero se enfrenta a dificultades burocráticas y teme que los rusos terminen quemando los cadáveres. A pesar de los obstáculos, Jacqueline insiste en continuar con sus esfuerzos para traer el cuerpo de su hijo de vuelta a casa.
Maximiliano, quien trabajaba en un depósito de Amazon en Alemania, se unió a la guerra de Ucrania a través de una empresa en Polonia sin informar a su madre. Jacqueline describe a su hijo como alguien inquieto, pero nunca imaginó que se uniría a una guerra, ya que no tenía experiencia militar ni en armas. Su madre lo recuerda como el único canario que se aventuró en un conflicto que no le correspondía.