El Archipiélago rinde homenaje a una de las figuras más influyentes de su historia reciente. Manuel Hermoso Rojas, expresidente de Canarias y uno de los impulsores del nacionalismo canario, ha recibido el último adiós de autoridades, familiares y ciudadanía tras su fallecimiento a los 89 años.
La sede de Presidencia del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife acogió la capilla ardiente, abierta desde la tarde del martes. Las banderas ondearon a media asta durante cuatro días de luto oficial decretado por el Ejecutivo regional. Coronas, símbolos institucionales y la presencia de centenares de personas marcaron una despedida solemne.
Entre los asistentes se encontraban dirigentes de todas las fuerzas políticas, expresidentes, cargos actuales y representantes de diversas entidades. Todos coincidieron en destacar su capacidad de consenso, liderazgo y cercanía. Fue recordado como un hombre de Estado que supo defender el autogobierno desde el diálogo.
Este miércoles por la mañana, se reabrió la capilla ardiente antes de iniciarse el traslado solemne del féretro hasta la Iglesia de la Concepción. Allí se celebró una misa funeral presidida por el obispo diocesano, tras la cual se llevó a cabo el entierro en un acto íntimo y familiar.
Un legado imborrable
Manuel Hermoso fue alcalde de Santa Cruz de Tenerife durante más de una década, y posteriormente presidente del Gobierno de Canarias entre 1993 y 1999. Bajo su mandato, se consolidó la autonomía canaria, se afianzó el Régimen Económico y Fiscal y se promovieron importantes proyectos urbanísticos y sociales.
Su papel fue clave en la creación de Coalición Canaria y en la articulación del nacionalismo moderno en las islas, siempre con una visión integradora y orientada a construir puentes entre las instituciones canarias, el Estado y Europa.
La sociedad canaria despide hoy no solo a un político, sino a un referente cuya huella perdurará en la historia del Archipiélago.
