Bernardo Álvarez aceleró su retiro como obispo de la provincia de Santa Cruz de Tenerife tras ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). La confirmación de esta grave enfermedad degenerativa llegó el 22 de agosto, apenas 25 días después de que presentara su renuncia al Vaticano al cumplir 75 años, según lo establece el Código de Derecho Canónico. Aunque el papa Francisco podía haberlo propuesto para continuar en el cargo, Álvarez prefirió no mantenerse como obispo interino debido a la gravedad de su condición y optó por un proceso rápido para su sustitución.
La salud de Álvarez ya se había deteriorado en los meses previos, lo que lo llevó a declinar la posibilidad de tutelar el nombramiento de su sucesor, como hizo su predecesor Felipe Fernández. El 16 de septiembre, el Papa aceptó su renuncia, cesando así sus funciones y las de otros cargos eclesiásticos, como los vicarios generales y el Consejo Presbiteral. Al día siguiente, el Colegio de Consultores designó como administrador diocesano a Antonio Manuel Pérez, de 58 años y originario de Santa Cruz de La Palma, quien fue el vicario general y estrecho colaborador de Álvarez.
Bernardo Álvarez se ha apartado de la vida pública para enfrentarse a la ELA, una enfermedad que afecta a las neuronas encargadas del control de los movimientos musculares voluntarios. La ELA causa un progresivo deterioro motor que lleva a la debilidad y atrofia muscular, ya que la pérdida de neuronas motoras provoca que los músculos pierdan su soporte. Aunque la enfermedad no tiene cura, algunos tratamientos pueden ralentizar su progresión. Álvarez tiene un riesgo genético elevado de padecer ELA, ya que dos de sus hermanos también la sufrieron. En un 10% de los casos, la enfermedad tiene un origen genético, mientras que en el resto la causa sigue siendo desconocida.
El pasado 10 de octubre, el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de la ELA, destinada a mejorar la calidad de vida de los pacientes de esta y otras enfermedades neurodegenerativas. La ley busca agilizar la evaluación de la dependencia, asegurar cuidados continuos a pacientes en fases avanzadas, ofrecer servicios de fisioterapia y proteger a los cuidadores. En España, se estima que hay unas 4.000 personas diagnosticadas con ELA, y entre los impulsores de esta normativa destaca Juan Carlos Unzué, exjugador del Club Deportivo Tenerife y segundo entrenador del FC Barcelona. La ELA ha afectado también a personalidades como Stephen Hawking, Constantino Romero y David Niven.
En su última misa como obispo, el pasado 4 de septiembre, Bernardo Álvarez agradeció los 19 años al frente de la Diócesis Nivariense y pidió oraciones para que pueda enfrentar su situación con fortaleza y paciencia. «Espero que pronto el Papa nombre a otro obispo que pueda pastorear esta diócesis con espíritu de servicio y amor», expresó.
