El Cabildo de Tenerife declara emergencia por escasez de agua
El Pleno del Cabildo de Tenerife ha tomado una decisión unánime este viernes al declarar oficialmente la emergencia hídrica en la isla. Esta medida, respaldada por todos los grupos políticos –CC, PP, PSOE y Vox–, implica una serie de acciones cruciales para garantizar el abastecimiento de agua en la región, incluyendo la implementación de desaladoras portátiles y campañas de concienciación sobre el consumo responsable del recurso.
La presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, ha destacado la responsabilidad demostrada por todos los grupos al aprobar este acuerdo, el cual cuenta con el respaldo de las asociaciones del sector primario. Dávila subrayó que los consejeros insulares son los legítimos representantes del pueblo tinerfeño y están facultados para tomar decisiones de este calibre.
La declaración de emergencia hídrica, que será gestionada por el Consejo Insular de Aguas, comprende un total de 34 medidas de urgencia destinadas a asegurar el suministro de agua, especialmente durante los meses más cálidos, para mantener la sostenibilidad agrícola y preservar los usos sanitarios y domésticos.
Entre las medidas propuestas se incluyen la realización de obras en estaciones de bombeo, depuradoras y sistemas de abastecimiento, así como la instalación de estaciones portátiles en áreas específicas como Valle Guerra o Mesa del Mar. Estas estaciones podrán utilizar los excedentes de agua disponibles.
La isla se enfrenta a una situación de estrés hídrico evidente, con un balance hidrológico subterráneo muy desfavorable y una continua disminución del nivel de agua subterránea. El Plan Hidrológico de Tenerife también señala la sobreexplotación del sistema acuífero y una notable degradación en la calidad de las masas de agua subterránea.
En los últimos años, Tenerife ha experimentado un patrón climático caracterizado por altas temperaturas y déficit de lluvias, con ocho olas de calor registradas y numerosos episodios de calor fuera de temporada. Esto ha contribuido a un descenso crítico en los niveles de las balsas de agua gestionadas por Balten, alcanzando mínimos históricos durante el verano de 2023, con niveles por debajo del 10%.
La demanda de agua de riego también ha aumentado significativamente, lo que representa un desafío adicional para la gestión del recurso. La situación actual es incluso más preocupante que la del año anterior, cuando el suministro de agua para la agricultura ya estaba seriamente comprometido.
