Endesa ha iniciado la fase final del proceso de descarbonización en Gran Canaria con la demolición de una de las dos torres de la central térmica de Jinámar. Esta infraestructura emblemática, erigida en los años 70 para abastecer energéticamente a la isla, ha sido adaptada a lo largo de los años para cumplir con estrictas normativas medioambientales.
Luis Varela, director de Generación de Endesa en Gran Canaria, informó durante una visita a las instalaciones que la chimenea más pequeña será desmantelada entre finales de julio y principios de agosto. Los trabajos se llevan a cabo con métodos controlados para garantizar la seguridad, utilizando plataformas elevadoras y robots automáticos para facilitar la demolición.
El desmontaje, que comenzó en mayo pasado, implica la eliminación gradual de la estructura de hormigón armado, con un enfoque en la reutilización de materiales como hormigón, acero y cobre. Este proceso, que ha requerido una inversión de aproximadamente 1.700.000 euros, marca un hito en el compromiso de Endesa con la transición energética en Canarias.
Una vez completado el desmantelamiento, se consolidará el espacio para futuros proyectos de generación en la isla, mientras que la central térmica del Barranco de Tirajana continuará siendo clave en el suministro energético de Gran Canaria. La decisión de retirar las chimeneas responde a la adaptación de Endesa hacia fuentes de energía renovable, un paso alineado con sus objetivos nacionales y regionales.
La central térmica de Jinámar, con más de cinco décadas de historia, ha sido vital para la generación de energía en la isla, albergando diversos grupos de vapor, turbinas de gas y grupos de diésel a lo largo de los años. La retirada de la chimenea marca un cambio significativo en el paisaje local, preservando la funcionalidad y sostenibilidad de las infraestructuras energéticas en Gran Canaria.
