La desaparición de María del Mar Velázquez Luis, de 56 años, mantiene en vilo a su familia y a las autoridades tras 16 días sin lograr avances significativos.
El 23 de diciembre, María del Mar visitó a su madre en el Hospital Universitario de Canarias (HUC). Según informó a sus familiares, tras salir del centro tomó la guagua de la línea 108 en dirección a Icod de los Vinos, pero nunca llegó a su destino.
El bono de transporte de María del Mar apareció en Icod el Alto, en Los Realejos, encontrado por una joven de 15 años cuyo padre alertó a las autoridades. Poco después, su bolso, que contenía un suéter, crema para tatuajes y proteínas, fue localizado en una zona de maleza cercana. Este hallazgo llevó a intensificar la búsqueda en un barranco próximo, utilizando drones y perros especializados.
José Velázquez, hermano de la desaparecida, cuestiona la teoría de que pudiera haber llegado al barranco desorientada: “¿Cómo cruza una distancia de medio kilómetro entre huertas si está desorientada?”. También señala que una crisis de migraña, común en su familia, podría haberla afectado, aunque esta hipótesis no ha sido confirmada.
La Policía Nacional sigue analizando diversas líneas de investigación, incluyendo imágenes de cámaras de seguridad en las zonas donde se encontró el bono y a lo largo del recorrido de la guagua. Sin embargo, aún no han surgido pistas concluyentes.
José Velázquez solicita más recursos en la búsqueda y advierte: “Lo que le ha pasado a mi hermana le puede ocurrir a cualquiera”.
Con el paso de los días, la familia de María del Mar sigue exigiendo respuestas, mientras las autoridades mantienen los esfuerzos por esclarecer su paradero.